insuficiencia cardiaca con fracción de eyección recuperada

Insuficiencia cardiaca con fracción de eyección recuperada: claves clínicas y controversias en su tratamiento

En los últimos años, la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección recuperada (IC-FEr) ha emergido como una entidad clínica reconocida con características propias, pero también con importantes lagunas terapéuticas. A medio camino entre la insuficiencia cardiaca con fracción reducida (IC-FEr) y preservada (IC-FEp), plantea un reto diagnóstico y terapéutico cada vez más frecuente en la práctica clínica.

¿Qué entendemos por fracción de eyección recuperada?

Se considera fracción de eyección recuperada aquella situación clínica en la que un paciente previamente diagnosticado con IC-FEr (fracción ≤ 40%) presenta, tras tratamiento y evolución clínica, una fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) superior al 40-50 %. Esta evolución favorable puede reflejar una verdadera mejoría estructural y funcional del corazón, aunque no necesariamente implica la reversión total del daño miocárdico.

¿Cuáles son las implicaciones clínicas de esta recuperación?

Aunque la recuperación de la fracción de eyección puede asociarse a una mejor evolución clínica, los estudios muestran que estos pacientes siguen presentando un riesgo significativo de recaída y eventos cardiovasculares. Por tanto, considerar a estos pacientes como “curados” puede ser una visión incompleta e incluso peligrosa.

Uno de los aspectos más debatidos es si estos pacientes deben mantener indefinidamente el tratamiento farmacológico optimizado para IC-FEr, especialmente con inhibidores del sistema renina-angiotensina, betabloqueantes, antagonistas de aldosterona o iSGLT2. La evidencia apunta a que la retirada de la terapia se asocia con un alto riesgo de descompensación.

Tratamiento actual: ¿debe mantenerse la terapia?

Los datos disponibles sugieren que los pacientes con IC-FEr que logran una recuperación de la FEVI deben continuar con el tratamiento de base, especialmente si no existen efectos adversos significativos. La interrupción de la terapia ha demostrado, en algunos casos, una rápida caída de la fracción de eyección y un deterioro clínico.

Además, la FEVI no debe ser el único parámetro para guiar decisiones terapéuticas. Otros factores como la clase funcional, biomarcadores, síntomas residuales y presencia de fibrosis miocárdica pueden ayudar a estratificar el riesgo y guiar un enfoque más individualizado.

Controversias y perspectivas futuras

A pesar de los avances, persisten varias áreas de incertidumbre:

  • ¿Qué pacientes realmente presentan una recuperación sostenida y estable?
  • ¿Cuál es el papel de la imagen avanzada y de los biomarcadores para definir mejor esta población?
  • ¿Podemos desescalar el tratamiento en subgrupos seleccionados?

Responder a estas preguntas será clave para establecer recomendaciones claras y personalizadas. Mientras tanto, la prudencia clínica y el seguimiento estrecho siguen siendo fundamentales.

Conclusión

La insuficiencia cardiaca con fracción de eyección recuperada representa una zona gris dentro del espectro de la IC. Aunque la mejoría de la FEVI puede ser un marcador de buena evolución, no debe interpretarse como una curación definitiva. El mantenimiento del tratamiento y la monitorización continua son pilares esenciales en su abordaje clínico. Adaptar el enfoque terapéutico a cada paciente, en base a múltiples variables, será la clave para optimizar los resultados en este grupo creciente de pacientes.