Neumonía adquirida en la comunidad: claves de una revisión exhaustiva

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) sigue siendo un problema crítico de salud pública al ser la principal causa infecciosa de hospitalización y mortalidad en adultos en Estados Unidos. Una revisión reciente publicada en JAMA aporta información actualizada sobre la fisiopatología, el diagnóstico, el tratamiento y la epidemiología de esta enfermedad, proporcionando una guía esencial para profesionales de la salud.

Comprendiendo la NAC: Epidemiología y Factores de Riesgo

La NAC se define como una neumonía adquirida fuera del ámbito hospitalario, afectando a pacientes que no han estado hospitalizados en las 48 horas previas al inicio de los síntomas. Desde 2019, esta clasificación incluye casos antes considerados “neumonía asociada a cuidados de salud”. Cada año, la NAC se asocia con:

  • 1,4 millones de visitas a urgencias,
  • 740.000 hospitalizaciones,
  • 41.000 muertes, y
  • $7.700 millones en costos hospitalarios.

La incidencia es especialmente alta entre mayores de 65 años, y las tasas de mortalidad aumentan significativamente en pacientes mayores con comorbilidades. Entre los factores de riesgo se incluyen el tabaquismo, enfermedades pulmonares preexistentes y la inmunosupresión.

Fisiopatología: El Papel del Microbioma Pulmonar

Los avances en microbiología han transformado la comprensión de la NAC. Anteriormente, se consideraba que los pulmones eran estériles en personas sanas. Ahora sabemos que albergan comunidades bacterianas diversas que interactúan de manera dinámica con el sistema inmunitario. La NAC ocurre cuando un patógeno único—frecuentemente tras una infección viral u otra alteración inmunitaria—domina este ecosistema, desencadenando inflamación y síntomas respiratorios.

Diagnóstico de la NAC: Retos y Métodos

El diagnóstico se basa en:

  • Signos clínicos como fiebre, tos y disnea,
  • Evidencia radiográfica (opacidades pulmonares), y
  • Pruebas de laboratorio, especialmente en casos graves o durante brotes de gripe o COVID-19.

Sin embargo, los síntomas clínicos y los hallazgos radiológicos pueden superponerse con otras afecciones, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el embolismo pulmonar, lo que a menudo conduce a un sobrediagnóstico.

Estrategias de Tratamiento

El manejo de la NAC depende de la gravedad de la enfermedad:

  • Atención ambulatoria: Amoxicilina o doxiciclina para pacientes sin comorbilidades, y terapia combinada para aquellos con condiciones subyacentes.
  • Pacientes hospitalizados: Terapia combinada de β-lactámico/macrólido, típicamente ceftriaxona con azitromicina, para casos de NAC bacteriana.
  • Casos graves: Puede añadirse corticosteroides para reducir la mortalidad.

Dado que la tasa de identificación del patógeno es baja, a menudo es necesario un tratamiento antibacteriano empírico. Sin embargo, se pone un fuerte énfasis en evitar tratamientos innecesarios para reducir la resistencia antimicrobiana y los efectos adversos.

Mirando Hacia el Futuro

Esta revisión destaca la importancia de planes de tratamiento individualizados que combinen el juicio clínico con herramientas diagnósticas. Se recomienda el uso de antibióticos por periodos más cortos en la mayoría de los casos, ajustando la duración según la respuesta del paciente. Los avances en pruebas diagnósticas y la comprensión del ecosistema microbiano pulmonar pueden refinar aún más las estrategias de manejo en el futuro.

Esta nueva evidencia recuerda la naturaleza cambiante del conocimiento médico y la importancia de mantenerse actualizado para optimizar la atención de pacientes con esta condición prevalente y grave.