Los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) se han consolidado como una herramienta fundamental en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, más recientemente, en la obesidad. Sin embargo, su utilización en pacientes obesos no diabéticos exige una especial vigilancia debido a la aparición de reacciones adversas que pueden comprometer la seguridad del tratamiento. Un artículo publicado en Atención Primaria analiza esta cuestión y aporta datos clave para la práctica clínica (Elsevier).
Principales hallazgos
- Los efectos adversos más frecuentes son gastrointestinales: diarrea, vómitos y dolor abdominal. Suelen manifestarse al inicio del tratamiento y tienen relación con la dosis administrada.
- En indicaciones para obesidad, donde las dosis suelen ser más elevadas que en diabetes, la frecuencia de reacciones adversas digestivas aumenta significativamente.
- Se han reportado casos de pancreatitis, obstrucción intestinal, gastroparesia y complicaciones biliares como colelitiasis y colecistitis.
- Otros efectos descritos incluyen reacciones en el lugar de la inyección, cefalea, fatiga, estreñimiento, reflujo gastroesofágico, alopecia e hipoglucemias (menos frecuentes en no diabéticos).
- A pesar de los beneficios clínicos en la pérdida de peso, los datos de seguridad a largo plazo aún son limitados, lo que requiere un estrecho seguimiento en la práctica real.
Implicaciones para la farmacia hospitalaria
- Es esencial que los farmacéuticos hospitalarios integren estas advertencias en los protocolos de monitorización.
- Se debe informar a los pacientes sobre los síntomas de alarma que podrían indicar complicaciones graves, como dolor abdominal intenso o ictericia.
- La coordinación entre farmacia hospitalaria, endocrinología, nutrición y medicina interna es clave para optimizar el balance beneficio-riesgo.
- La notificación de reacciones adversas contribuye al fortalecimiento de los sistemas de farmacovigilancia y a una mejor toma de decisiones terapéuticas.
Conclusión
El uso de inhibidores del GLP-1 en pacientes obesos no diabéticos abre nuevas posibilidades terapéuticas, pero también plantea desafíos en seguridad. El papel de la farmacia hospitalaria es fundamental para garantizar un uso adecuado, informar a los pacientes y reforzar la farmacovigilancia en un contexto de creciente demanda de estos tratamientos.
📎 Fuente oficial: Elsevier – Atención Primaria