Alerta sobre la Interacción entre Antifúngicos y Terapia Oncohematológica

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha advertido sobre los riesgos de la interacción entre medicamentos antifúngicos y la terapia oncohematológica. Esta interacción puede alterar la eficacia de tratamientos clave para pacientes con cáncer hematológico, afectando la farmacocinética de ambos tipos de fármacos. Los antifúngicos son esenciales para prevenir infecciones en pacientes inmunocomprometidos, pero su interacción con quimioterapias, inmunoterapias o trasplantes hematopoyéticos puede modificar la respuesta clínica y aumentar el riesgo de toxicidad.

¿Por qué es importante esta interacción?

En el contexto de la oncohematología, los pacientes reciben terapias que debilitan su sistema inmunológico, por lo que son propensos a infecciones fúngicas graves. Los antifúngicos son necesarios para combatir infecciones como aspergilosis o candidiasis, pero su administración conjunta con tratamientos como los inhibidores de tirosina quinasa, inmunoterapias o trasplantes de médula ósea, puede generar interacciones peligrosas. Algunos antifúngicos inhiben o inducen enzimas que metabolizan los fármacos quimioterápicos, lo que altera sus concentraciones en sangre. Esto puede aumentar la toxicidad o reducir la eficacia de las terapias antineoplásicas.

Tipos de Interacciones más Frecuentes

Entre las interacciones más comunes destacan las que ocurren con antifúngicos azólicos, como el voriconazol e itraconazol, que son metabolizados por la enzima CYP3A4. Estos pueden inhibir el metabolismo de otros fármacos oncohematológicos, resultando en un aumento en sus niveles plasmáticos. Por otro lado, la administración de posaconazol o fluconazol puede interferir en la eliminación de ciertos inmunosupresores o quimioterapias, lo que incrementa el riesgo de efectos adversos graves.

Además, la SEFH señala que los efectos adversos potenciales incluyen hepatotoxicidad, neurotoxicidad y problemas cardiovasculares, que complican aún más el manejo clínico de estos pacientes vulnerables.

Recomendaciones de la SEFH

La SEFH insta a los profesionales sanitarios a extremar las precauciones a la hora de combinar antifúngicos con tratamientos oncohematológicos. Es vital ajustar las dosis y monitorizar continuamente los niveles plasmáticos de los medicamentos para evitar interacciones adversas. También es fundamental mantener una estrecha comunicación entre farmacéuticos, hematólogos y oncólogos para optimizar el manejo terapéutico y prevenir complicaciones.

Conclusión

La interacción entre antifúngicos y tratamientos oncohematológicos es un aspecto crítico que puede influir negativamente en la evolución de los pacientes con cáncer. Los profesionales de la salud deben estar atentos a las posibles interacciones para garantizar tratamientos seguros y efectivos. La colaboración interdisciplinaria y la monitorización continua son esenciales para evitar efectos adversos graves en este grupo de pacientes.

Referencias:

  • Redacción Médica. (2024). SEFH alerta sobre la interacción de antifúngicos y terapia oncohematológica. Redacción Médica.
  • Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).