El cambio climático y la exposición a contaminantes ambientales están emergiendo como factores claves en el desarrollo y la incidencia de ciertos tipos de cáncer. Un reciente estudio publicado en The Lancet explora cómo diversos elementos ambientales, incluidos contaminantes y cambios climáticos, pueden aumentar el riesgo de cánceres, como los de pulmón, mama, y otros tipos relacionados con la exposición a toxinas ambientales. El artículo subraya la necesidad de una comprensión más profunda sobre la relación entre la salud humana y el medio ambiente, especialmente a largo plazo.
Contaminantes ambientales y cáncer
Diversos estudios han relacionado la exposición a partículas contaminantes finas, como el PM2.5, con un aumento en la incidencia de cáncer, especialmente en áreas urbanas. Investigaciones como las del Instituto Nacional de Salud de EE. UU. han señalado un incremento del 8% en la incidencia de cáncer de mama entre mujeres expuestas a altos niveles de PM2.5, lo que muestra cómo la contaminación atmosférica puede afectar el desarrollo de tumores a largo plazo.
Además, los efectos del cambio climático, como el aumento de eventos climáticos extremos, también juegan un papel importante. Por ejemplo, el aumento en la frecuencia de incendios forestales y huracanes puede liberar carcinógenos en el aire, afectando la salud de las poblaciones cercanas. La exposición prolongada a estas condiciones, combinada con la falta de acceso a una atención sanitaria consistente durante desastres naturales, agrava los riesgos para los pacientes con cáncer.
Riesgos de desastres naturales y cáncer
Los eventos climáticos extremos, como huracanes y olas de calor, también interfieren en el tratamiento del cáncer. Por ejemplo, la interrupción de la radioterapia durante desastres naturales puede aumentar las probabilidades de recurrencia del cáncer, especialmente en pacientes con cáncer de cabeza y cuello. Este tipo de complicaciones destaca la importancia de una mayor preparación en los sistemas de salud para enfrentar crisis climáticas, así como una mejor investigación sobre cómo las exposiciones a largo plazo a cambios ambientales afectan el desarrollo del cáncer.
Conclusiones
Los vínculos entre el cambio climático, la exposición a contaminantes y el cáncer son cada vez más claros, pero se requiere más investigación para comprender la magnitud y complejidad de estos efectos. Este campo emergente, que analiza tanto el riesgo de cáncer como las interrupciones en el tratamiento debido a eventos climáticos extremos, debe ser una prioridad para los investigadores y las políticas de salud pública en el futuro.
Fuentes: